COMPÁS DE INCENSARIO

Tíutlo: A propósito del monumento.

Las diferentes publicaciones relacionadas con la ubicación de sendos monumentos a la Semana Santa en Valladolid y Úbeda han abierto el debate en parte del mundo cofrade egabrense con la conveniente instalación de un monumento de las mismas características en la ciudad de Cabra, ciudad de Cofradías, así la vamos a acuñar a partir de ahora en este portal. Hemos podido saber que hace relativamente poco tiempo, hubo una reunión en la sala rectangular del Ayuntamiento, dónde se planteó la posibilidad de hacer un monumento a la Semana Santa (capuchón, monaguillo y añafil) frente a la Casa natal de Don Juan Valera o incluso en la Calle “álamos”, pero que quedó en agua de borrajas o se sustituyó por la magnífica escultura de Martín Belda. Hace un par de semanas, con el fragor de este infernal verano, planteo la posiblidad bajo el lema de “porlosdeantes” en pro del reconocimiento a casi cinco siglos de trabajo en las Cofradías por parte de cientos de generaciones. Cabra merece un monumento a la Semana Santa y hay que dejar de poner excusas triviales que no nos van a llevar a ningún puerto feliz. Cabra y sus cofrades lo merecen, no los de ahora, sino los de antes. Los de antes eran gigantes, los de ahora somos diminutos. Por supuesto que ahora hay gente muy válida, ya lo creo, y más preparada, con más recursos, con más conocimientos, con más facilidades en ciertas cosas, pero los de ahora estamos ahora y debemos vivir y no auto homenajearnos, de ahí el lema de “por los de antes”. Tenemos dos grandes celebraciones en la vieja Egabro, Semana Santa y Fiestas en honor a la Virgen de la Sierra, ¿que hace falta para que haya una apuesta total, definitiva y de grandes miras a presente y futuro para que nos asemejemos a las grandes semana santas de Andalucía? Los mimbres están, muy consolidados, lo tenemos todo pero debemos ser más exigentes, mucho más, no conformamos con lo primero que nos quieran plantear, buscar la excelencia. Pero a aparte de estas consideraciones personales, volvamos al monumento. A lo largo de los siglos, tanto cofrades como cofradías se han dejado la piel por mantener nuestra mayor tradición ininterrumpida a lo largo de la historia, quinientos años de cruz y Fe. Han pasado reinados, repúblicas, guerras, epidemias, intervencionismo político y eclesiástico, una desamortización, bombardeos y se ha conservado casi todo, fuera parte de los expolios de los que algún día escribiremos porque hay para un libro. Pero los de antes tuvieron unas condiciones infinitamente más desfavorables de las que tenemos ahora y sin embargo se asían a su fe y a su devoción para seguir manteniendo esta ancestral tradición. En 2022 se cumplirán cinco siglos de los primeros documentos dónde se escribe sobre la fundación de una Cofradía o la fundación de la Semana Santa en si misma. Cinco siglos, nada más y nada menos, convirtiéndose en base de vida para miles de egabrenses que dieron todo lo que tenían y mucho más por hacer valer el gran potencial de nuestra Semana Santa. El monumento no es a los de ahora, que debemos seguir aprendiendo de los de antes, es por las generaciones desde ese año 1522 hasta nuestros días. Es un reconocimiento a ese cúmulo de sensaciones que nos embargan cuando escuchamos Cofradías Egabrenses o La Cruz Parroquial, cuando escuchamos los primeros campanilleros, cuando subimos por primera vez la “cuesta de la parroquia” o nos acercamos al “llanete de santo domingo” o a las escaleras imposibles de San Francisco y San Rodrigo o a la soñada recuperación de la salida del Nazareno de San Juan de Dios o la salida de las hermandades de San Juan Bautista del Cerro.
Por los de antes, por tantos que se fueron con su túnica puesta hacia el cielo de la Sierra de Cabra, por los que nos precedieron y nos enseñaron más humanidad que formación, por los de antes que siempre velaran por los de ahora.
Cabra, ciudad de Cofradías.

Eduardo Luna Arroyo – Director de Radio La Manigueta.