COMPÁS DE INCENSARIO.

TITULAR: Francisco Mesa Castro, “el presidente que no hizo nada”.

El titular es directo, pero quiero captar tu atención y quiero que entiendas el sentido irónico de este artículo que ahora te dispones a leer.
Hoy que ya no tengo responsabilidades cofrade oficiales y soy más libre para poder argumentar mis opiniones, quiero dedicar una cuántas líneas y unas cuántas miles de letras a hablar de un caso que ha sido silenciado, utilizado, olvidado y sesgado en los últimos cuatro años en el ámbito del cabildo de Hemanos Mayores de la Semana Santa de Cabra. El extraño caso de la desaparición civil de un Presidente, que dejó sin fondos económicos a la institución que representa a las Cofradías. Tras unas elecciones que fueron boicoteadas y devinieron en una Junta gestora, gracias a los “amantes” de la Semana Santa, Francisco Mesa Castro, vuelve a ponerse en la diana para presidir el ente cofrade y lo logra con no pocas dificultades. A partir de ahí conforma su junta de gobierno, siendo todos ellos partícipes de todas, todas, las decisiones. Mesa llega con una sede en un sótano y una cochera para guardar enseres, a partir de ahí, habilita la actual sede en la calle de Bachiller León, dotándola de todo tipo de comodidades para hacer de ese local el punto de encuentro de todos los cofrades, dónde poder celebrar cualquier tipo de acto o reunión, propiciando un ahorro importante a las arcas y creando un espacio que antes no existía, incluyendo un acuerdo con el propietario para que en el caso de no poder hacer frente a un mes de pago, postergarlo en el tiempo hasta que la institución pudiera hacer frente a los meses atrasados, cuestión que no sucedió. Pero Mesa no hizo nada, nada, pero nada de nada. En su mandato se construye el segundo palquillo de la carrera oficial, o segunda mesa de toma de horas para despedir a las Cofradías o recibirlas según el recorrido que tuvieran cada una de ellas. Este palquillo es el que se instala actualmente en la fachada del Ayuntamiento. Otra apuesta importante de Mesa, el presidente que no hizo nada, fue la recuperación del “Desfile de la noche del Viernes Santo”, uno de los momentos más esperados por los cofrades egabrenses y que llevaba una década sin celebrarse por motivos ajenos a las Cofradías del Viernes Santo. En su empeño de no hacer nada, Mesa gestiona la venta del “resucitado” que se adquiriera en los año 70 del siglo pasado y la compra de un nuevo paso en madera y orfebrería, junto a la restauración de los cuatro candelabros arbóreos que custodian la imponente Imagen del Resucitado de Cabra. Promueve la participación de las Cofradías egabrenses, en sendas exposiciones celebradas en Doña Mencía y Valladolid. En el aspecto de gestión, dota a la institución de diferentes equipos informáticos para secretaría, tesorería y cualquier tipo de actividad que necesitara la corporación o cualquier cofradía. Organizan en esos cuatro años, “dónde no se hizo nada”, un Grand Prix con la participación de varias hermandades para sufragar los gastos que conllevaba la compra del paso del Resucitado. Buscó la participación directa en la Magna Jubilar Egabrense, dónde la institución sirvió como medio vehicular para todas las subvenciones que se recibieron por el Ayuntamiento o la Diputación de Córdoba. Estos son sólo algunas gestiones que se realizaron en esos cuatros años dónde también hubo sombras, porque nunca llueve a gusto de todos ni todos los días llueve, eso es algo evidente. Pero lo único que hemos escuchado estos últimos cuatro años es que Mesa dejó a la institución sin dinero y eso ha sido un mantra repetido una y mil veces. Cabildo tras cabildo, en rara ocasión no se repetía lo de nos encontramos 50 euros en la cuenta, cosa que no es cierta y si los fondos eran menores fue porque se hicieron y realizaron proyectos para enriquecer el patrimonio de la institución cofrade. Francisco Mesa “no hizo nada”, lo que se hizo no es invisible, pero si lo han hecho invisible desde algunos ámbitos por desprestigiar a un presidente y a una junta de gobierno que se desvivieron por la Semana Santa y por cierto, cogian el teléfono, cosa que ya es como una quimera en estos tiempos. El Presidente que no hizo nada, mejoró lo que había y defendió los intereses de la institución, pero aún existe el interés por borrar su legado, aunque aún quedamos algunos que la memoria no nos falla, aunque nos ha faltado la valentía, en estos últimos años, para desenmascarar tanto desprestigio.

Eduardo Luna Arroyo.