COMPÁS DE INCENSARIO.

Títular: Doblan campanas por la muerte de un Cofrade.

Paco Pareja ya duerme en los ojos de la Virgen de la Caridad. Si, esa niña del viejo barrio de la Villa dónde se quedan a vivir los buenos cofrades de la collación de Asunción y de los Ángeles. Ya duerme para siempre el hombre y el cofrade, el amigo y el compañero, el capuchón inconfundible de blanco y cardenal en las tardes de Jueves Santo en Cabra, esas que son esencia, pasión, columna, sayones y Caridad. Siempre la Caridad, la Virgen, tu Virgen Paco, a la que quisiste desde el primer día y de la que vivías enamorado por su cara de sol resplandeciente y color aceitunado. Los Cofrades como él, llegan a la Semana Santa para cambiarla, para mejorarla, para engrandecerla y para construir. Su sombra será alargada en el tiempo, no sólo nos acordaremos de él y de sus logros, también de su tenacidad y perserverancia. Sin duda, hubiera sido uno de los grandes defensores de la vuelta al culto público y de seguir construyendo puentes para hacer cada día más grande su Semana Santa. Todos sabemos su trayectoria, sus objetivos conseguidos, su amor incondicional por su Hermandad de la Columna, a la que llegó cuando no había nadie capaz de ver todo lo positivo que había y que hizo junto a un grupo humano importante, lo que hoy es la Hermandad de la Columna. Consiguió que su Cofradía pensara en grande y saliera de su permanente estado de postración, para convertirse en uno de los referentes de nuestra Semana Santa. Pero entre otras muchas cosas y según me cuentan algunos de sus amigos, el día 19 de septiembre de 2015, en la Magna Jubilar Egabrense, lloraba como un niño porque vió uno de sus sueños realizados, uno de los días más grandes de la historia de Cabra. Y Paco Pareja estaba allí, sintiendo lo que más amaba, sus Cofradías, su Semana Santa, su ciudad repleta y un sueño que parecía imposible realizarlo. Pero el Señor de la Columna lo ha llamado a filas, lo llamó hace tiempo y ahora ya lo tiene con Él en su reino eterno y celestial…
-Paco, hijo mío, me hacías falta aquí arriba para cuidar de los de ahí abajo que a veces se descarrilan y necesitan muchos ángeles de la guarda.
-Padre, me quedaban muchas cosas que hacer y mi Virgen de la Sierra estaba a punto de bajar, pero si Tú me has llamado, que le vamos a hacer.
-Paco, la Virgen de la Sierra ya está muy cerca de ti, hijo mío, te necesito y ya sabes que para mí no hay tiempo ni horas ni descanso.
-Señor, pero si yo sólo era un Cofrade que trabaja por amor a mi Semana Santa, ¿por qué me necesitas tan pronto?
-Hijo mío, estás perdido, pero tengo una misión para ti, debes ser el centinela de todos estos “capillitas” que a veces hay que darle un escarmiento porque discuten mucho entre ellos por cosas innecesarias.
-Pero Padre, perdona que te moleste.
-Paco, ¿ni aquí en el paraíso vas a cambiar tu terquedad?
-Señor, déjame dormir cada noche en los ojos de mi Virgen de la Caridad, dame ese privilegio.
-Hijo, tú eres de Cabra y de la Asunción, a la que le hacen falta ángeles de la guarda, claro que te dejaré dormir en los ojos de mi Madre. Duerme el sueño de la eternidad, has defendido mi nombre y el de mi amada Madre y eso te será recompensado.
-Bueno, Señor, otra preguntilla ¿Aquí cuando organizamos algo, no sé, alguna extraordinaria o algo así, que no perdamos las buenas costumbres?.
-Descansa, hijo mío, hoy y siempre serás la soga que amarra las manos del Cristo de la Columna de Cabra, duermete y descansa, tienes mucho trabajo por delante.
-Gracias Señor, aquí estaremos para lo que haga falta.

Doblan campanas por la muerte de un Cofrade, hasta siempre Paco Pareja, nos veremos en la eternidad o en las puertas celestiales de la Asunción.

Eduardo Luna Arroyo
Director de Radio La Manigueta.