UN MES… Y SÁBADO SANTO

El pasado 11 de marzo nos vimos entristecidos por la pérdida de un buen sacerdote, D. Francisco Caballero Guerrero, párroco que fue de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán en nuestra ciudad, Cabra, durante más de cuarenta años. Entregado en cuerpo y alma a “su casa y a su familia”, como le gustaba siempre decir: QUERIDA FAMILIA, porque realmente así lo sentía en lo más hondo de su corazón, “su casa” la Parroquia, “su familia” la feligresía.
Persona incansable, siempre al pie del cañón, inteligente, trabajador, organizador, fiel al evangelio y con la mente activa para llevar el mensaje de Jesucristo a distintos sectores de la Parroquia: liturgia, catequesis de niños/as, de jóvenes, grupos a la escucha de la palabra (GEP), atención a los enfermos y Cáritas con un gran proyecto como fue el Comedor Social, donde gracias a su puesta en marcha, son muchas las familias con escasos recursos económicos las que son atendidas a diario por voluntarios/as que lo hacen con cariño y entrega y, sobre todo, porque en estas personas ven el rostro de Dios, como así lo inculcaba D. Francisco.
Ha sido un afortunado al tener dos familias y no pequeñas, una la que he mencionado con anterioridad, la otra la formada por sus padres y hermanos/as que fue aumentando con el tiempo. Sus sobrinos/as y hermana, siempre han estado pendientes de él en todo momento y como no, en el tiempo en el que se ha encontrado más delicado, con cuánta entrega y cariño lo trataban para que no le faltara nada, se sintiera cómodo y a gusto.
Ahora D. Francisco en estos días tan desconcertantes por la situación que nos rodea y que dos días después de su partida fuimos confinados, lo recordamos igualmente y lo tenemos muy presente, aunque vivamos pareciera inmersos en un sueño. Tenemos la confianza puesta en Dios de que despertaremos más fortalecidos y con grandes lecciones aprendidas, y le pedimos que interceda por nosotros desde el cielo. Ya estará viendo el rostro de nuestro Padre, gozando en la casa eterna con otra gran familia. Ojalá todos lleguemos como usted, con las manos llenas de todo el servicio que aquí en la vida terrenal ha realizado.
Hoy es Sábado Santo, se cumple un mes. Celebraremos las Vísperas de la Pascua de Resurrección, en la que Jesús por un acto de amor infinito hacia todos dio su vida por nosotros, pero nos dejó una gran esperanza, Resucitar algún día al igual que Él.
Gracias D. Francisco por todas sus enseñanzas que siempre llevaremos impresas en nuestro corazón.

María Concepción Vázquez Gómez.