Titular: Y es que a mí me gusta la Semana Santa por Alejandro García Rosal.


En Cabra es septiembre y septiembre en Cabra anuncia cambio. Sacamos las enagüillas y buscamos el brasero. Rebuscamos en los cajones los avíos para preparar las ropas. Que ya mismo ponemos el belén para quitarlo rápido, y pasamos por encima de las máscaras porque ya pensamos en la ceniza, la Semana Santa y su trajín.
Y ahora que parece que la vuelta a la normalidad está más cerca, volvamos a hacer normal lo normal.
Que vuelva todo rompiendo los aldabones, derribando las puertas y abriendo de nuevo el camino.
Porque es Semana Santa. Porque puede que sea la más santa de las semanas. La fiesta de muchas cosas que unen y a veces separan. La celebración que pone cosas en común y a veces parece que se contradice. La fiesta de la fe, de la devoción, de la pasión, del sentimiento, del compañerismo, de la oscuridad y de la luz, de la familia, la propia y la que te regala la vida, de la amistad, del sufrimiento, del encuentro, y de la resurrección.
Y que vuelva el respeto, el silencio, los buenos cortejos, los buenos repertorios y la hermandad, y que aprendamos de los errores y aprovechemos este barbecho impuesto para aprender y resolver.
Resolver identidades perdidas o por crear, tener seriedad -por dios y su santa madre- nunca mejor dicho. Que sepamos para qué estamos aquí y para qué se está en los sitios. Que esto no es nuestro señoras y señores. Ni tuyo ni mío ni de unos pocos. Que esto nos lo han legado y tenemos que cuidarlo y transmitirlo para que dure muchos años y se haga escuela. Escuela de la que forma y enseña. No de la que desvirtúa.
Y que sea Semana Santa de Cabra. Que Sevilla es muy bonita, y también lo es Madrid. Y Berlín y París, pero que sea Semana Santa de Cabra. De Cabra más que un chaparro y sin perder el norte, que en Cabra sabemos a dónde se mira cuando se busca el norte.
Que sea Semana Santa.
Y porque a mí, es que me gusta la Semana Santa.